Nota en Economis (Radio Open 101) por Gustavo Verón del 12/10/2021
Link: https://economis.com.ar/sustituir-planes-por-empleo-y-los-66-dias-para-el-cambio/
La sociedad argentina debate abiertamente cómo sustituir planes por empleo. Aquí la propuesta de Daniel Adler, quien se especializa en la tarea y planteo algunas de sus ideas en radio Open 101.7.
Daniel Adler es un emprendedor. Lo demostró construyendo la empresa de seguridad más grande de Ecuador, que luego vendió para dedicarse a Provalores. En la red social de empleo, LinkedIn, él se presenta así: “Me especializo en descubrir el talento oculto que hay dentro de cada persona, valorizarlo, aprovecharlo y conseguir resaltar tus virtudes.” En Twitter, lo escribió así: “Soy Coach en Educación Financiera y Mentoría.”
En estos tiempos en que la sociedad argentina debate abiertamente cómo sustituir planes sociales por empleo, es interesante escuchar su opinión, consecuencia de su experiencia.
Aquí un compacto de sus respuestas:
- “El origen ocurrió en 1984, durante el gobierno de Raúl Alfonsín, con las famosas ‘cajas PAN’, para 5 millones de argentinos, 17% de la población. 18 años después, en 2002, con Eduardo Duhalde se entregaron 2 millones de planes sociales porque la pobreza llegaba al 53%: Plan Jefes y Jefas de Hogar, que llegaron al 20% de la población. En los siguientes 19 años, la tendencia se multiplicó. Sin duda es una decepción. Demostración de que la Argentina no crece. Tenemos 141 planes sociales para 22 millones de residentes. Casi 45% de la sociedad argentina padece el riesgo de ausencia de una ‘cultura del trabajo’.”
- “Ahora, por desborde del sistema, muchos hablan de inclusión laboral y social de quienes reciben planes. Ese beneficiario tiene que saber que es un trabajador que está haciendo una ‘pasantía’ social pero no integra una planta permanente y que su trabajo consiste en aprender un oficio. ¿Cuál es la medida del éxito? La cantidad de planes sociales que un gobierno convierta en empleos de calidad. Existen iniciativas para que los pl anes sociales se conviertan en empleo y el empresario obtenga incentivos fiscales a su favor y hasta que el Estado pague parte del salario manteniendo el plan social. Sin embargo, empresarios y proveedores aseguran que el proceso es muy farragoso y ninguno de ellos parece interesado en recurrir a la metodología. El riesgo es que quede en pólvora preelectoral.”
- Tiene que existir la posibilidad de evaluaciones vocacionales. No todos pueden ser albañiles. Y aquí la propuesta parecería que todos deben ser albañiles. Hay gente que puede tener talentos ocultos y la clave del éxito es poder trabajar en aquello para lo que una persona tiene talento. Esta idea de que la opción al plan social es el trabajo que decide el Estado no tiene buen horizonte.
- “El receptor de un plan social debe tener un fácil y rápido acceso a un trabajo. Lamentablemente, los planes se han utilizado durante años como premios y beneficios, cuando el beneficiario de un plan social, en verdad, no está pudiendo abastecer a su familia o autoabastecerse con un trabajo digno. Esto es lo que hay que revertir y convencerlo de que puede lograrlo porque de eso se trata la inclusión social.”
- “Yo creo que la transformación no consiste en crear más asalariados. Creo que hay que enseñar oficios, capacitar al individuo, convertirlo en un propietario de su propia marca, incorporarlo al capitalismo y demos trarle que se puede conseguir a corto plazo. Para esto es esencial tener planes de educación financiera, mentoría y motivación. La Argentina llegó a tener el PBI per cápita más alto del planeta (1895). Es necesario regresar a aquella historia.”
- “Tiene que ser una política de Estado. Debe trascender a las gestiones de gobierno. No pueden ser objetivos electorales porque, en forma inevitable, sufrirá el boicot de quienes acusen a los otros de especular. Debería ser un plan de entre 4 años de piso y 10 años de tope. Es imprescindible comprometer a todos los líderes en esto”.
- “Emprendedor no se nace, emprendedor se aprende. Hay herramientas electrónicas, plataforma digitales que se utilizan desde el teléfono celular (¿quién no tiene hoy día un teléfono celular?) que permitiría capacitar a una cantidad grande de personas en forma simultánea. No es nada exagerado lo que estoy afirmando, es el beneficio que ofrece la sociedad digital. H ay que establecer ‘bloques de tiempo’ para el aprendizaje, y así ordenar la tarea.”
- No estoy hablando de 1.000 años. Modificar un hábito requiere de 66 días. No lo digo yo, lo dica la Psicología. No es un misterio. Son 22 días de destrucción de la tendencia negativa. Son 22 días de creación del hábito nuevo. Y 22 días de confirmación del nuevo hábito. Pero hay que tener un plan, un propósito y una decisión.
- “De las 605.000 empresas activas, el 99% son pymes y 0,6% son grandes empresas. Las Pymes producen el 64% de empleo, las grandes el 36%. Cada año se crean 70.000 nuevas empresas, de las cuales 68.000 fracasan. Pero más en los 2 años recientes. ¿El motivo? Ausencia de fortaleza mental en los emprendedores -por ejemplo, previsiones que dicen que recién en 2026 habrá un repunte de la macroeconomía-, déficit de planificación, errores de análisis, todos problemas corregibles. El Gobierno quiere resolverlo promovie ndo financiación a tasa ‘blanda’, por debajo del promedio de inflación. Pero si no se capacita al beneficiario, no sirve. Cuando hablamos de créditos, es importante conocer para qué vamos a utilizar ese dinero. Falta educación financiera, que es tan importante como el dinero en sí mismo.”
- “No puedo ignorar la macro. Es responsabilidad del Estado tener una política económica que todos conozcamos y que permita la inclusión que se pretende. Es imposible promover el reemplazo de planes por empleo si una macro que estimule a quienes se pretende recuperar para el Sistema. Por ejemplo, con esta inflación es muy difícil hasta pensar lo cotidiano. Resolver esto compete a los políticos y la medida de su éxito consiste en si lo consiguen o no en el corto plazo. Y el castigo social por el fracaso debería ser ejemplificador.”