Participación en nota publicada en Flipr del 28/01/2022.
Al igual que una lluvia de verano, el fin de las negociaciones entre la Argentina y el Fondo Monetario Internacional (FMI) trajo alivio entre el sector empresario local que mostró su alivio por el acuerdo que, según anticipan, dará más previsibilidad a la economía local y preparará el camino para el regreso de las inversiones extranjeras.
Sin profundizar en la letra chica del convenio sellado por el ministro de Economía, Martín Guzmán, y anunciado por el presidente Alberto Fernández durante la mañana de este viernes 28 de enero, los hombres de negocios consideran que el país tiene ahora una nueva oportunidad para crecer de manera sostenida.
Consideran como lo más relevante del entendimiento que genera certidumbre y clarifica las reglas evitando que el país entre en default e impidiendo hipotecar el futuro con promesas imposible de cumplir.
Las palabras de apoyo fueron casi unánimes en todo el arco empresarial local, incluso en sectores que mantienen profundas diferencias con el Gobierno por las políticas oficiales de control y regulación de varias variables económicas como precios y servicios.
Tampoco hubo muchas diferencias de conceptos entre sectores grandes, multinacionales o pequeñas y medianas empresas, donde el respaldo al convenio también se sintió fuerte por entender que, de no desperdiciarse la oportunidad, marcará el rumbo para que la Argentina pueda encontrar nuevamente un sendero de expansión.
El concepto, casi universal, que se desprende de las declaraciones de ejecutivos consultados por iProfesional es que la Argentina necesitaba alcanzar un acuerdo con el organismo de crédito para lograr un horizonte de certidumbre en el marco de una profunda crisis económica que atraviesa el país.
Agregan que propiciar políticas que promuevan la estabilidad macroeconómica, la inserción en los mercados internacionales y a un adecuado acceso al financiamiento, son un requisito fundamental para alentar el proceso de desarrollo.
Salir del estancamiento
Entre los empresarios, se destacaron las declaraciones de Marcelo Figueiras, el dueño de Laboratorios Richmond, para quien el anuncio es «muy positivo» y marca un hito más junto al crecimiento de la economía «que nos ayudará a salir del estancamiento y empezar a pensar en un país que se desarrolla de manera orgánica y lo hace todos lo año un poco y de manera constante por mucho tiempo».
Su par, Javier Goñi, CEO del Grupo Ledesma, coincide con el diagnóstico, al calificar como «muy positivo» al acuerdo con el FMI. Y asegura que se trata del primer paso para encarar un verdadero plan de normalización de la macro economía «que espero sea sustentable en el tiempo».
De manera más crítica que sus colegas del mundo de los negocios, Alejandro Ginevra, titular del holding inmobiliario GNV Group, considera que se trata de una condición necesaria pero no suficiente para la credibilidad de Argentina como para atraer inversiones.
El empresario asegura que la modalidad Stand By y el relativamente corto plazo de duración del programa no generan las condiciones de largo plazo que requiere toda inversión. También estima que la credibilidad de un país depende de un conjunto de factores complejos y de su sustentación temporal (económicos, sociales, políticos e institucionales, entre otros), que Argentina está lejos de asegurar.
Recuerda que, dado que el acuerdo para su vigencia requiere ratificación del Congreso, la búsqueda y obtención de consenso político podría ser un primer e importante paso en el camino de retomar el sendero de crecimiento de las inversiones.
En la misma sintonía, Miguel Arrigoni, titular de la consultora First Capital, sostiene que el acuerdo es «totalmente irrelevante» para el argentino medio y agrega que el acuerdo «luce cuasi imposible a juzgar por la dinámica ilógica de un gobierno que lo único que sabe es improvisar porque, así como el anterior, nadie tiene un plan».
Para Arrigoni, «se sigue combatiendo el capital», lo cual significa destruir la actividad económica y social. Además, sostien que el gobierno anterior atrajo el capital financiero, para especular y pagar decenas de miles de millones de dólares totalmente en vano.
«Ambos enfoques están errados porque lo que hay que atraer es la inversión y no con tasas de interés, dado que en el mundo, sobra dinero porque la inversión viene si hay rentabilidad, al tiempo que genera trabajo», enfatiza el financista.
Para Arrigoni no debería haber discusión del camino de un país con semejante potencial que asombra al mundo con su testarudez en fracasar. «Un país desarrollado, con orden en la justicia, con legisladores capacitados y un Ejecutivo que se dedique a gestionar es lo que pido», argumenta para agregar que no se trata de una tarea «tan difícil, pero, en el desorden feroz todo se justifica».
Menos críticos que Arrigoni, desde la Unión Industrial Argentina (UIA), señalaron que el principio de acuerdo entre el organismo financiero internacional y el gobierno del Frente de Todos «permitirá promover el progreso de Argentina y el cumplimiento de los compromisos asumidos, como herramienta para lograr el desarrollo socioeconómico del país y una inserción internacional inteligente«.
La entidad industria que preside Daniel Funes de Rioja considera que la concreción de un acuerdo será fundamental para lograr objetivos como el fortalecimiento del crédito público, el acceso a financiamiento nacional e internacional para el sector privado, la generación de empleo, para el desarrollo federal y también para las pymes.
Del mismo modo se refirieron referentes de la industria de alimentos y bebidas nucleada en la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios de Argentina (COPAL) destacaron la posibilidad de tener acceso a los mercados.
La institución que también lidera Funes de Rioja entiende que «se trata de un paso hacía la estabilización y el crecimiento, en donde se debe fomentar el desarrollo de las empresas, la generación de empleo y la priorización de una política exportadora».
El mismo Funes de Rioja agregó que para el sector alimenticio «alcanzar un acuerdo representa la posibilidad de tener acceso al mercado de capitales y al crédito internacional, y así, retomar el sendero del desarrollo y transformar la recuperación en crecimiento».
Para el empresario, la economía argentina está en proceso de reactivación y si bien aún hay cuestiones a resolver, esto representa un paso relevante para alcanzar ese objetivo.
En tanto desde la Asociación Empresaria Argentina (AEA) aseguraron que el acuerdo significa un paso muy importante e indispensable para el desarrollo económico y social del país.
«El cumplimiento de los compromisos y el acceso al financiamiento nacional e internacional representan factores decisivos para que el sector privado pueda desplegar todo su potencial en materia de crecimiento económico, creación de empleo y generación de divisas para el desarrollo», agregaron desde la entidad que preside Jaime Campos.
Conceptos similares fueron vertidos por voceros de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), quienes también remarcaron que el acuerdo constituye una oportunidad para el crecimiento del sector productivo del país.
El titular de la entidad, Alfredo González, sostuvo que «el anuncio nos permite pensar en un entendimiento que no postergue las posibilidades reales de las pequeñas y medianas empresas».
Al mismo tiempo, el empresario manifestó que «el país se encuentra una vez más ante la posibilidad de unir esfuerzo para salir de la crisis, con un camino de diálogo, entendimiento y compromiso de todos los sectores y el acuerdo con el Fondo constituía un paso imprescindible».
En tanto, desde la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC) manifestaron acompañar el acuerdo preliminar y recordaron su respaldo al canje de deuda pública con acreedores privados concretado en 2020 que implicó un nuevo cronograma de vencimientos, mucho más acorde a las posibilidades de pago del país.
«Este acuerdo con el FMI es clave para que la expansión del nivel de actividad registrada en los últimos meses se consolide», agregaron desde la CAC, donde también advirtieron que el crecimiento económico no solo es necesario para mejorar las condiciones de vida de la población, sino también para generar recursos genuinos que permitan concretar los pagos tanto a los organismos multilaterales de crédito como a los acreedores privados.
En otros términos, la CAC argumenta que un cambio en el perfil de vencimientos de la deuda resultaba indispensable para que el país pudiera crecer y el Estado fuera capaz de honrar sus compromisos.
Para los representantes de esta entidad es importante ahora que en las próximas semanas, partiendo de un diagnóstico integral de la situación argentina y mediante la buena predisposición de las partes involucradas, se definan adecuadamente los detalles del entendimiento.
El sector automotriz también evidenció su respaldo al Gobierno, a través de un comunicado enviado por la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa), en el cual se asegura que el cumplimiento de las obligaciones con el Fondo permitirá crear las condiciones adecuadas para impulsar el desarrollo socioeconómico del país a través de la inversión, la integración internacional y la generación de empleo.
«Para el sector automotor en su conjunto el arribar a un acuerdo honrando los compromisos asumidos brinda la previsibilidad necesaria para continuar trabajando en el proceso de crecimiento productivo, la transformación de la industria e impulsar el desarrollo industrial del país», agregaron desde la organización empresarial que nuclea a las principales fabricantes de autos del país.
En la industria textil manifestaron su apoyo al Gobierno y al acuerdo con el FMI. Lo hicieron a través de la Fundación Pro Tejer, donde celebraron que «este acuerdo se haya llevado adelante lejos de las limitaciones que históricamente nos han llevado a un fuerte ajuste económico, que recae sobre toda la sociedad, y que han comprometido nuestro desarrollo productivo».
La Fundación Pro Tejer entiende también que se trata de «una decisión responsable y necesaria para continuar el proceso de estabilización macroeconómica y seguir por el sendero de crecimiento industrial iniciado, teniendo en cuenta que la industria nacional ya se recuperó a niveles pre-pandemia y resulta fundamental continuar creciendo para poder ampliar las capacidades instaladas, mejorar la productividad y lo más importante, seguir generando empleo de calidad en todo el país».
Respaldo del agro
El acuerdo con el FMI también fue analizado por referentes del agro, como los miembros del Consejo Agroindustrial Argentino (CAA), para quienes «constituyen un paso adecuado para promover el crecimiento, la producción, el empleo y la inversión tanto en las actividades agroindustriales como en el resto de la economía».
De todos modos, la entidad recuerda que el acuerdo debe ser debatido y aprobado por el Congreso Nacional y reclama que permita implementar las políticas que resuelvan los problemas estructurales que afectan la competitividad y el desempeño de las cadenas agroindustriales.
«El país enfrenta complejas dificultades económicas y sociales, en el contexto de una crisis sanitaria sin precedentes. Estos son desafíos excepcionalmente complejos, sin soluciones fáciles. Es por ello que reiteramos la importancia del Proyecto de Ley sobre el Régimen de Fomento al Desarrollo Agroindustrial Federal, Inclusivo, Sustentable y Exportador, enviado por el Poder Ejecutivo al Congreso Nacional en sesiones extraordinarias para potenciar el crecimiento productivo, generando inclusión, empleo y más exportaciones», añaden desde la CAA.
Los industriales pymes también salieron defender el anuncio presidencial por entender que el acuerdo con el FMI garantiza las condiciones de desarrollo de las pequeñas y medianas industrias.
Al respecto, el presidente de Industriales Pymes Argentinos (IPA), Daniel Rosato, sostuvo los términos del entendimiento generan las condiciones para apuntalar el desarrollo de la actividad productiva de las fábricas argentinas, iniciado con el modelo de reindustrialización nacional.
«Este acuerdo, que dejó de lado las viejas recetas de reformas estructurales, permitirá mantener el crecimiento de una actividad que durante el 2021 mostró la capacidad de generación de riquezas para el país, con eje en las pymes industriales que rejuvenecieron y pudieron generar empleo, además de producción», afirmó.
Rosato también sostuvo que «este acuerdo genera previsibilidad, porque permite seguir recuperando la actividad económica y productiva«, y destacó que «la inserción en el mundo tiene como condición principal la apertura de los mercados, que gracias al acuerdo estarán garantizados».
«Las Pymes necesitamos de entornos que nos permitan pensar a mediano y largo plazo. En el país quedó demostrado que estamos en condiciones de dar respuestas inmediatas a los estímulos de crecimiento, pero el desarrollo llegará de la mano de las inversiones y el financiamiento. Este acuerdo sienta las bases para una segunda etapa de desarrollo en materia productiva», sostuvo Rosato, quien también destacó que el acuerdo genera las condiciones para restablecer las variables macroeconómicas locales, afectadas por incidencias como la inflación y la brecha cambiaria.
Por su parte, el presidente de la Cámara de Empresas de Software y Servicios informáticos (Cessi), Sergio Candelo, aseguró a Télam que «todo contexto de mayor certidumbre ayuda a la planificación de negocios, a pensar en largo plazo» y que saber «hacia dónde va la economía argentina es mucho mejor para trabajar».
«En ese sentido -el acuerdo de Argentina con el Fondo Monetario Internacional- es muy buena noticia», enfatizó.
Para Daniel Adler, especialista en Educación Financiera y Emprendedurismo, el anuncio «es altamente beneficioso y esencial para darle certidumbre al sector productivo y los mercados».
El experto explicó que: «como bien dice el refrán, es mucho mejor un mal acuerdo que un largo juicio y en este caso creo que el acuerdo es positivo y, lo más importante, es que sea rápido para que la mente de todos los emprendedores, empresarios y comerciantes se enfoque desde este momento en producir más, para crecer cada vez más. Que el FMI o la pandemia no sean una excusa para dejar de implementar planes y acciones».