Columna de opinión en La Voz del 22/01/2023.
Link: https://www.lavoz.com.ar/opinion/se-estan-extinguiendo-las-pymes-en-la-argentina/
El motor principal, fundamental y primario de un país son las pequeñas y medianas empresas, las que representan el 99% del comercio nacional.
En América del Sur, Argentina tiene la tasa de natalidad empresarial más baja y, agravando esta situación, la tasa de mortalidad empresarial más alta de la región. Sin ir más lejos, las pequeñas y medianas empresas se han hundido un 3% en los últimos años y está comprobado que sólo una de cada 10 sobrevive a los primeros cinco años desde su creación.
- Menos del 1% de los argentinos es dueño de una empresa.
- Menos del 1% de los argentinos tiene educación financiera.
- Sólo 0,9% de la población argentina tiene educación financiera y conoce las herramientas para generar una marca personal y alcanzar la libertad financiera.
Empresas con menos de 50 empleados son fuertemente golpeadas. La pérdida de la competitividad es muy grande y la falta de educación financiera y tácticas y estrategias relacionadas con el emprendedurismo son cada vez más lejanas o nulas dentro de este importante sector
En un país de 47,3 millones de habitantes, hay registradas 467 mil pequeñas y medianas empresas. El número es bajo y habla mal de nuestro nivel como creadores de marcas, de nuestra falta de emprendedurismo como argentinos y de nuestra débil o nula educación financiera, la cual debería ser, por cierto, impartida desde los colegios,
Claramente la inflación, la falta de técnicas y estrategias para potenciar a la ciudadanía, no con planes sociales sino con herramientas que le ayuden a crear un producto terminado y canales de exportación, influyen en forma clara en esta decreciente situación socioeconómica, incluso cultural.
Otro de los factores que influyen es la falta de personal calificado, y me refiero a personas con artes y oficios que tengan cierta experiencia. También se aprecia una reducción del 31% en el empleo formal en este sector empresarial.
Recordemos que los generadores de trabajo de alta calidad son las empresas, no la política.
Más allá de la falta de educación financiera, de tácticas y de técnicas por parte del Estado para potenciar y crear emprendedores, como así también las políticas insuficientes para apoyar la exportación que tiene Argentina, vemos también que estamos en un país donde los bancos sólo pueden prestarle a quien puede demostrar que no lo necesita y eso contribuye al desaliento y a la desazón de quienes quieren emprender y necesitan un capital inicial a una tasa baja y a un plazo largo.
La afección va directamente a la macroeconomía, y al tener menos empresas también impacta en la inflación, ya que no hay alternativas de competencia entre los productos y servicios.
Si queremos volver a ser una potencia mundial, y tenemos las herramientas como el campo, Vaca Muerta y el litio para empezar hablar, tenemos que entender que el camino es el emprendedurismo. Potenciar el activo más valioso que tiene la República Argentina, que es su propia gente.
La política tiene que estar presente especialmente en la transformación de planes sociales a emprendedores, y digo bien: planes sociales, no trabajadores en relación de dependencia. Directamente a emprendedores, ya que el nivel de motivación que debe tener una persona para dejar el letargo y la dependencia al plan social tiene que estar, primero que todo, en la motivación por ganar y no en el miedo a perder.